julio 20, 2011

El fútbol y yo

Yo soy de esa generación de jóvenes que nunca vio a un Uruguay campeón de nada. Nuestro país tiene una historia futbolística increíble, pero de la cual yo nunca fui testigo: solo viví grandes decepciones, con individualidades relativamente decentes en cuanto a fútbol (como el Chino Recoba, a quien como persona no puedo soportar), pero que hacía muchísimos años que había dejado de ser una pasión para ser un simple negocio.

Si bien pude ver a Uruguay en un mundial cuando era niña (Corea Japón 2002), me quedé con el grito de gol entre los dientes y me tuve que aguantar ocho años más. Ese partido definitorio en la fase de grupos, en que íbamos perdiendo 3 a 0 contra Senegal y llegamos a empatarlo 3 a 3. Estuvimos a punto de meter un cuarto gol, pero nos quedamos por el camino y pegamos la vuelta a Uruguay.

En las eliminatorias para Alemania 2006, yo me preguntaba por qué existía esa canción "uruguayos campeones de América y del mundo", justificándola con un "pero si siempre perdemos contra todos" (por más que con el tiki tiki nos dimos el lujo de pegar tremendas goleadas). Cuando tenía 12 años, un año antes del mundial de Alemania, me había comprado la camiseta uhlsport que todos odian. Estaba completamente ilusionada con ese mundial, pero el Chengue Morales, que con sus dos metros y medio de estatura no podía cabecear decentemente una pelota, me arruinó mi sueño mundialista. Fuimos a penales en el repechaje contra Australia y quedamos afuera nomás, imagínense que me quería matar.

En cuanto a las copas américa, solo vi a Uruguay campeón cuando tenía dos años y medio, en el año 1995. Como se podrán imaginar, no tenía consciencia alguna, es como si no lo hubiera visto (aunque mi mamá dice que me vistió toda de celeste :3). De hecho, creo que no me acuerdo de ninguna Copa América antes de Perú 2004.
La Copa América 2007 la sufrí, pero también la disfruté un poco. Fue infartante esa semifinal con Brasil en la cual empatamos 2 a 2, estuvimos a un paso de llegar a la final, pero terminamos perdiendo en los penales. En el partido por el tercer puesto perdimos, y ahí quedamos, en cuarto lugar tras Brasil, Argentina y México.

Con respecto a los cuadros, desde los seis años soy hincha de Nacional. Yo lo decidí, puesto que nací en una familia en la que todos fueron siempre de Peñarol por parte paterna, y de Wanderers por parte materna. Obviamente fue para llevar la contra, pero en este momento no me arrepiento: ser hincha del bolso es algo que me llena de orgullo. Igual nunca nadie me regaló una camiseta de Nacional, creo que las razones son obvias jajajaja.

He pasado algunos períodos sin ver fútbol en mis 18 años de vida, pero hoy más que nunca, es algo que me mueve, que me cautiva y que realmente me apasiona. Soy medio loca, medio pesada y miro fútbol a todas horas. Mi mamá siempre me dice que voy a terminar como Pola, una vecina del barrio que resulta ser la madre de Morena (un futbolista histórico de Peñarol, a quien me lo cruzo por la calle cuando viene a ver a su madre y no lo reconozco XD). Cada vez que uno pasa por su casa, ella está mirando fútbol. Tiene la tele pegada a la ventana que da a la calle, y es algo permanente.. Es por eso que mi mamá hace constantes comparaciones de ella conmigo.

Y no empecé a ver fútbol después del mundial. Eso me hace feliz, porque ahora parece que las mujeres antes del mundial no supiéramos nada de fútbol! No me jodan, no me habrán inculcado igual que a ustedes toda esa cultura futbolística, pero doble mérito: la adquirí yo solita.

Hablando de Sudáfrica.. nah, lo de Sudáfrica es otra historia, una historia que se merece una entrada solo para recalcar cada detalle, cada emoción. Lo único que quiero decirles es que yo sí le tenía fe a la celeste (no sé si para quedar cuartos, pero sabía que no nos volvíamos de primera).

En fin, esa es más o menos mi historia con el fobal. Me encanta, me fascina, me vuelve loca.. igual que a otras millones de personas en este mundo.

Atte.,
Leta

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